* A mediados de marzo acabará la restauración del lienzo y retirarán los andamios, aunque las labores de urbanización no concluirán hasta el mes de junio
* La ejecución del proyecto de la primera fase de rehabilitación se encuentra en este momento al 95%
JULIÁN PRIETO, ARQUITECTO: «Desconocemos cuál va a ser el siguiente proyecto que se va a desarrollar y cuándo va a empezar a ejecutarse. Eso lo marcarán las administraciones públicas competentes»
Falta menos de un mes para ver la Alcazaba sin andamios, libre de heridas y con otro color. La obra de la primera fase de restauración y consolidación de este recinto amurallado, que se extiende desde la puerta de Carros a la puerta del Alpéndiz, ha entrado en su recta final. En estos momentos ya se ha ejecutado el 95% de los trabajos y las labores se centran ahora en la parte de la fortificación más próxima a la puerta del Alpéndiz. Según explica Julián Prieto, uno de los arquitectos responsables del proyecto, la previsión es que a mediados de marzo concluya la rehabilitación del lienzo y se retire todo el andamiaje que rodea este último tramo del monumento.
Sin embargo, esta operación no marcará el final de la obra, ya que una vez que se termine la intervención en el muro los operarios tendrán que desarrollar las tareas de urbanización en la zona en la que se ha actuado en esta fase. Así, la idea es que a comienzos de junio hayan finalizado todos los trabajos relativos a la ordenación y adecuación de los caminos de acceso al tramo que se ha restaurado.
En un principio, el plazo que manejaba la dirección facultativa para acabar totalmente la obra era marzo o abril. Este retraso de dos meses ha sido originado por la ralentización que ha sufrido el proceso del fraguado del mortero de cal. Las heladas que se han registrado en el mes de enero y febrero han obligado a limitar e incluso detener en algunas ocasiones los trabajos relativos a los enlucidos de las paredes exteriores e interiores del enclave.
«Para realizar el revoco de mortero de cal hemos tenido que esperar a que se dieran las temperaturas medioambientales óptimas, ya que con las heladas este material no endurece bien ni se consolida de manera adecuada. La cal es más delicada y lenta a la hora de fraguar, aunque al cabo del tiempo se comporta mucho mejor que cualquier mortero de cemento. Es una obra a la intemperie y está sujeta a este tipo de contratiempos», apunta Prieto.
Las condiciones meteorológicas no han sido el único factor que ha influido en la dilatación de la obra. Los imprevistos de tipo constructivo que han ido surgiendo conforme iban avanzando las labores también han contribuido a esta demora. El arquitecto especifica que algunas partes de la muralla estaban más deterioradas de lo que parecía en un principio. «Cuando hemos empezado a tratar el lienzo nos hemos dado cuenta de que ciertos tramos que parecían estar en buen estado ha resultado ser todo lo contrario. Esta circunstancia nos ha obligado a acometer la obra de un modo distinto a como estaba planificado. Hemos ido adaptándonos a lo que nos íbamos encontrando. Así, en ocasiones hemos tenido que llevar a cabo intervenciones de consolidación más profundas de lo que estaba previsto e incluso demoler determinados revestimientos que estaban demasiado degradados, algunos con peligro de derrumbe», señala.
En estos instantes las tareas de recuperación del cinturón murado se centran en la franja que se extiende entre El Metido y la puerta del Alpéndiz. Se trata de una de las zonas mejor conservadas del recinto y una de las dos únicas en las que se puede estudiar la estructura de la fortificación prealmohade. Precisamente, conforme se ha ido tratando la muralla en este área, se han ido realizado varias catas arqueológicas para localizar la cota en la que se encuentra ese muro original. Gracias a esas prospecciones arqueológicas han quedado a la vista varios fragmentos de esta estructura, aunque sólo de manera temporal ya que probablemente estas zonas vuelvan a ser tapadas. De momento, en esta fase no se va a llevar a cabo más excavaciones de gran envergadura. No hay presupuesto para hacerlo.
El último hallazgo que salió a la luz gracias a una operación de este tipo fue el sistema de puertas de época almohade ubicada a la altura de El Metido. En este lugar, en el que no se conservaba el paseo de ronda, se está instalando una pasarela de acero galvanizado -a la que se le añadirá unas barandillas- que garantiza la continuidad de ese camino. Prieto reconoce que por las características de la plataforma, la pieza puede generar cierta controversia entre los pacenses. Sin embargo, asegura que es un elemento importante para facilitar las visitas de los usuarios.
La idea es que esta plataforma sirva de tribuna explicativa desde la que se pueda visualizar la puerta, contemplar el trazado de la muralla almohade y entender cómo se hizo la ampliación del siglo XIX. «La plataforma metálica está apoyada en el revestimiento del siglo XIX», dice el arquitecto.
El objetivo es que en un futuro las personas que se acerquen al enclave también puedan pasar a través de esa puerta almohade que se ha hallado en esta intervención. Antes hay que recuperarla por completo. En estos momentos sólo se puede apreciar el arranque de la arquería. Para poder descubrirla entera hay que excavar unos tres metros más de profundidad. Pero esta actuación, por su complejidad, no se puede desarrollar ahora y se ha incluido en la segunda fase del proyecto. Por lo tanto, habrá que esperar todavía para apreciar esta construcción es su totalidad. «Hasta que se acometan esos trabajos la puerta permanecerá protegida en un recinto arqueológico», destaca.
La incertidumbre llegará una vez que concluyan en junio todos los trabajos de esta primera fase. Aunque ya están en marcha la redacción de los varios proyectos básicos que se incluyen dentro de la segunda fase, se desconoce la fecha en la que comenzará su ejecución. No hay un plan de actuación previsto para las intervenciones que quedan pendientes. Se trata del plan de musealización de la fortificación, la restauración de la otra mitad de la muralla, la recuperación de los edificios en ruinas que se ubican en el interior del recinto, como las ermitas del Rosario y de la Consolación, y el acondicionamiento de las laderas y creación de aparcamientos. «Nosotros no sabemos cuáles van a ser las etapas de ejecución de las obras. Eso lo marcarán las administraciones públicas competentes», manifiesta Prieto, que está implicado en la elaboración de varios de esos proyectos.
El Ayuntamiento tiene la intención de que la rehabilitación de la Alcazaba no se estanque y que cuando finalice un proyecto arranque seguidamente otro. De hecho, así se lo ha comunicado el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, a la dirección facultativa de la obra en las diferentes reuniones que han mantenido para conocer el desarrollo de esos proyectos.
Sin embargo, todos saben que para realizar una obra de este calado no es suficiente con mostrar intención. Para abordar la siguiente fase de la rehabilitación sobre todo hace falta dinero. La financiación en estos momentos se ha convertido en un asunto espinoso ante el anuncio de recortes en las distintas administraciones. Por eso, habrá que esperar a que los tres entes implicados en esta actuación (Ayuntamiento, Junta de Extremadura y Gobierno central) se reúnan para concretar cuál será el siguiente paso a dar y garantizar su financiación.
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