Los jóvenes de la región tienen una "fuerte" identidad extremeña, pero también se sienten españolesMÉRIDA, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio sobre las actitudes de los adolescentes ante la emigración y el cambio de valores, elaborado por el Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo (Cemira), reveló que, aunque la juventud extremeña "ha dejado de ser diferente a la del resto del país", el peso de la religión en los jóvenes de la comunidad autónoma de entre 14 y 17 años es "mayor" al que soportan los del resto de la geografía nacional.
Dicho informe fue elaborado en base a una muestra de alrededor de 10.500 escolares de todo el país, entre los que se encuentran unos 2.500 adolescentes extremeños, que fueron preguntados sobre cuestiones como qué piensan de la emigración, a quién echarían de España, qué compañeros de colegio no quieren y qué relación tiene la inmigración con el terrorismo o el paro.
Así lo explicó en rueda de prensa el catedrático de Antropología Social y director del Cemira, Tomás Calvo, tras un encuentro que mantuvo hoy en la sede de Presidencia en Mérida con el líder del Ejecutivo regional, Guillermo Fernández Vara, según recoge un comunicado remitido por la Junta.
Durante su intervención, Calvo indicó que el citado estudio, aún a la espera de las conclusiones finales, que podrían estar listas en "tres o cuatro meses", evidencia que los jóvenes extremeños "tienen los mismos valores" que el resto de la juventud española, aunque "con pequeñas diferencias", como la relativa a los aspectos religiosos.
EXTREMEÑOS, PERO TAMBIÉN ESPAÑOLES
Por otro lado, dijo, el estudio determinó también que, a diferencia de otras regiones, la identidad en Extremadura "es muy fuerte, pero es abierta y plural". "Nos sentimos no sólo extremeños sino también españoles o del pueblo en el que nacimos, son, por tanto, identidades plurales, abiertas y reforzantes", comentó.
Al margen de lo anterior, el informe detectó, según detalló el director del Cemira, que "Extremadura sufre cierta amnesia histórica, ya que los jóvenes de la región no saben nada de la emigración extremeña a Europa hace años, para realizar los trabajos que nadie quería y que ahora hacen aquí los inmigrantes; en Extremadura nos hemos olvidado pronto de que hemos sido pobres", añadió.
En cuanto resultados generales del estudio, indicó Calvo, "los jóvenes españoles tiene hoy un cúmulo de valores nuevos como el aprecio a la libertad, a la independencia moral y ética, y a la capacidad de ser uno mismo y tomar sus propias decisiones, así como la mayor apertura al mundo y la solidaridad con los más lejanos".
Paralelamente y como "contravalores", del estudio se desprende cierto "pasotismo ante las instituciones, la política o la religión; falta de esfuerzo y sacrificio; poca solidaridad con los más cercanos, compañeros o familia; y cierto egoísmo y relativismo moral", concluyó.
Durante su intervención, Calvo indicó que el citado estudio, aún a la espera de las conclusiones finales, que podrían estar listas en "tres o cuatro meses", evidencia que los jóvenes extremeños "tienen los mismos valores" que el resto de la juventud española, aunque "con pequeñas diferencias", como la relativa a los aspectos religiosos.
EXTREMEÑOS, PERO TAMBIÉN ESPAÑOLES
Por otro lado, dijo, el estudio determinó también que, a diferencia de otras regiones, la identidad en Extremadura "es muy fuerte, pero es abierta y plural". "Nos sentimos no sólo extremeños sino también españoles o del pueblo en el que nacimos, son, por tanto, identidades plurales, abiertas y reforzantes", comentó.
Al margen de lo anterior, el informe detectó, según detalló el director del Cemira, que "Extremadura sufre cierta amnesia histórica, ya que los jóvenes de la región no saben nada de la emigración extremeña a Europa hace años, para realizar los trabajos que nadie quería y que ahora hacen aquí los inmigrantes; en Extremadura nos hemos olvidado pronto de que hemos sido pobres", añadió.
En cuanto resultados generales del estudio, indicó Calvo, "los jóvenes españoles tiene hoy un cúmulo de valores nuevos como el aprecio a la libertad, a la independencia moral y ética, y a la capacidad de ser uno mismo y tomar sus propias decisiones, así como la mayor apertura al mundo y la solidaridad con los más lejanos".
Paralelamente y como "contravalores", del estudio se desprende cierto "pasotismo ante las instituciones, la política o la religión; falta de esfuerzo y sacrificio; poca solidaridad con los más cercanos, compañeros o familia; y cierto egoísmo y relativismo moral", concluyó.
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